El problema
Con el virus contagiando a miles de personas el mundo la vida no se detiene, cada uno debe aprender hacerle frente a la pandemia y tomar las medidas necesarias para prevenir el contagio y su propagación.
Tras varios meses de cuarentena en donde se detuvieron trabajos, escuelas, eventos y centros sociales, la reapertura de estos sitios se empieza a dar de manera gradual. Para el caso de México el reinicio de actividades se organiza mediante el "Semáforo de riesgo COVID-19" manejado por el gobierno y la secretaría de salud.
Este semáforo monitorea e indica la magnitud de contagios y la capacidad hospitalaria en distintas regiones, para así determinar si es recomendable reiniciar actividades; por lo tanto las fases serán distintas en estados, municipios y colonias.
A pocas semanas de que inició el semáforo en color rojo y naranja para ciertas zonas se dió un aumento de contagios. Sucede que varias personas no toman en serio el semáforo y en lugar de ser una medida más de prevención se ve como un indicador para relajar y romper la distancia social o no utilizar el cubrebocas.
Pareciera que hemos olvidado que la pandemia en el país sigue incrementando y como buen mexicano cuando ve que se pone la luz preventiva: pisa el acelerador para ganar el paso.
En este caso acelerar con la luz amarilla sigue siendo igual de peligroso, si adelantas actividades que no son indispensables sólo te arriesgas y prolongas más las estrategias del gobierno para frenar el virus. El objetivo es que las instituciones dejen de controlar cuándo, dónde y cómo salir, de no empezar a tomarse enserio este primer sistema de prevención ten por seguro que vendrán otros más estrictos.
