El saldo de la pandemia
El encierro en los hogares por la pandemia de coronavirus no ha cesado la violencia en México: diversos medios de información dieron a conocer que las agresiones y maltratos han aumentado entre familiares.
Una primer impresión de pasar la cuarentena entre familia tiene que ver con aprovechar el tiempo con quienes la relación es estrecha e íntima. Sin embargo, esta convivencia se puede convertir en un peligro de igual magnitud que el coronavirus si no son aprendidos valores que se supone se enseñan dentro del circulo familiar. La tolerancia, el respeto y la reciprocidad ayudan a mantener una sana convivencia, sobre todo una constante y estable comunicación que refuerza los lazos de confianza y crea empatía entre las personas.
Al parecer estos elementos no son de todo aprendidos ni puestos en práctica, pues parece que su enseñanza en el hogar ha dejado de ser relevante. En la escuela se busca desarrollar o despertar habilidades, mientras que por otro lado está la enseñanza familiar, donde se forma la conducta y comprensión. Ante la falta de instrucción en el comportamiento se vuelve comprensible los distintos casos de agresión física y psicológica dentro del hogar.
Creo que esta falta de atención hacia los valores sucede ante la existencia de costumbres y creencias respaldadas por el machismo que se niega a morir en el siglo XXI. La cuarentena ha hecho visible una fuente del problema que es la violencia. Mientras no se repare la enseñanza desde la familia, no se reducirán los casos de feminicidio y maltrato.
