Hace cien años en Chinameca, Morelos, asesinaron a Emiliano Zapata, lider campesino en la época de la revolución mexicana.
Zapata se ha convertido en un simbolo de lucha y resistencia del movimiento agrario y la tierra comunal, forma parte de los héroes patrios que el nacionalismo mexicano utiliza para resaltar los valores dignos de la presidencia en turno.
Siempre me ha parecido irónico que la administración en turno evoque a Zapata y sus ideales pues, además que el sujeto refiere a una lucha contra el sistema político, quienes dicen simpatizar con su pensamiento predican al revés con sus acciones.
Hoy, con la cuarta transformación en el país, todavía no tengo certeza que esto cambie. Gran parte del territorio mexicano es propiedad privada y con concesión a extranjeros, la propiedad comunal y ejidal está desapareciendo junto con los pueblos originarios y el campo agrícola.
A cien años de la muerte de Zapata está claro que su lucha sigue en pie y que ha habido otros mártires con la misma suerte que el Caudillo del Sur.
