Con rimas, ingenio y buen sentido del humor, los mexicanos guardamos respeto a la muerte.
La flaca, la pelona, la huesuda, la calaca, la catrina, ella aguarda al final de nuestras vidas para llevarnos al más allá.
La tradición del día de muertos es mi celebración favorita del año. Crecí en una familia que me enseñó a disfrutar de su alegoría: la ofrenda, el canto de las letanías, la visita al camposanto, las calaveritas literarias y la mezcla de la cultura prehispánica con la colonial me fascinan. Además, el otoño produce una atmósfera perfecta de nostalgia hacia nuestros seres queridos que han dejado de vivir en el mundo terrenal.
Aprovecho esta sección para compartir una calaverita literaria de mi puño y letra. Dedicada al gobierno saliente, al entrante y a la muerte que ha trabajado horas en el país. No porque aquí se originó la celebración de día de muertos significa que los queremos de montón.
