El desabasto de gasolina será la tendencia de la semana entre los reaccionarios y defensores del cierre de ductos.
Lo gracioso e irónico es la crítica de aquella élite opositora que estuvo varios años en el gobierno mientras el huachicoleo crecía. Los mismos que permitieron la corrupción, la represión a periodistas, la impunidad, los paraisos fiscales, el narcotrafico y la venta de quimioterapias falsas –entre otros crímenes– se dicen ahora preocupados por el desabasto de gasolina.
Es pronto para hablar si la cuarta transformación esta sucediendo, pero el control de daños con PEMEX puede significar el comienzo de la revisión de los servicios y dependencias públicos y privados del país. En la lista está la SEP, la CFE, y –por qué no– hasta en una de esas TELMEX.
